La fortaleza de la mujer


por DP

“Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que perezca!” Ester 4:16 NVI

Hay algo increíblemente especial sobre la fortaleza de una mujer. Nace en el lugar más intrínseco de su ser, es evidente en cada paso que ella toma. Se puede ver en los momentos más difíciles. La fortaleza de la mujer la hace incapaz de dar marcha atrás; defienden lo que creen. Es la fortaleza lo que la convierte en un ser determinado en todo lo que hace, en efecto, en la vida, en el sacrificio y en el amor. Un regalo que Dios mismo ha depositado en toda mujer con vida.

Ester, una joven judía en tierra extranjera, tenía un ardiente deseo de salvar a su pueblo. Ella estaba en una posición privilegiada, una posición favorecida, ella iba a casarse con el rey. Pero cuando se presentó el momento de elegir entre mantener su status quo o salvar a sus seres queridos, el amor triunfó. Esto no fue una decisión fácil. Fue un momento en el que su vida estaba en juego. Si alguien se presentaba ante el rey sin ser invitado y él no se extendía su cetro hacia el visitante, él o ella moriría. Así que, Ester sabía muy bien a lo que se estaba enfrentando. Comprendió que tenía una opción y que podría quedarse y no hacer nada. Había estado disfrutando por meses de tratamientos de aceite y perfumes destinados a quien se convertiría en la esposa del rey. A ella se le había otorgado la oportunidad de estar en un lugar alto y podía caminar a lo largo y mantener su paz.

Sin embargo, algo más grande que ella estremecía su espíritu. Tanto, que estaba dispuesta a darlo todo, incluso el ir en contra de lo establecido. Estaba dispuesta a morir. “Y si perezco, que perezca”. Entonces, ¿de dónde viene esta cualidad? Se trata de la esencia indescriptible de Aquel que la creó. El amor. La fortaleza de una mujer nace en el amor, no es una emoción, sino un movimiento, un combustible que le hace hacer cualquier cosa que su corazón le impulse, sin importar las consecuencias, incluso la muerte. A las mujeres no les importa si se ven raras o si se ven o parecen desatinadas frente a los demás cuando tienen que defender lo que aman. El honor de su casa, su esposo o sus hijos, su vida seguirá, dondequiera que esté su amor. Ester triunfó, logró lo que su corazón le movió a hacer. El amor siempre triunfa.

Veamos de manera mas cercana, es natural para una mujer el ser así. Por lo tanto, no es extraño que Dios exprese su carácter a través, de la fortaleza de la mujer.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

¿Te gusta este escrito y deseas compartirlo? Simplemente añade tu comentario abajo en “Leave a Reply” o compártelo en Facebook, Twitter, o por correo electrónico usando cualesquiera de los botones al lado de “Share this:”

© Copyright DP, 2011

1 thought on “La fortaleza de la mujer

COMMENT ON THIS POST