Un Susurro


Entonces El dijo: Sal y ponte en el monte delante del Señor. Y he aquí que el Señor pasaba. Y un grande y poderoso viento destrozaba los montes y quebraba las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y después del fuego, el susurro de una brisa apacible. 1 Reyes 19:12-12

Hace un tiempo atrás, mientras manejaba hacia mi trabajo, escuchaba una canción de René Gonzalez, “Mi Vida.’ René es un amigo que amo y admiro y es un talentoso cantante y Pastor en Puerto Rico, reconocido internacionalmente. Mientras escuchaba esta canción, unas cuantas líneas llamaron mi atención y me hicieron recordar mi accidente.

“Mi vida, vio la vida que refleja tu mirada

yo pensé que era el final de mi jornada,

pero Tú llegaste para rescatar, mi vida”

Aunque la canción se refiere al poder de Jesús al redimirnos del pecado, no pude sino pensar en mi experiencia con el rayo. Ha pasado algún tiempo desde que escribí acerca de mi accidente en Todavía estoy de pie. Durante este tiempo he pensado mucho acerca del incidente, especialmente cuando hay tormentas eléctricas. Pero cuando escuché las palabras en esta canción, inmediatamente me transporté a ese día. Mi corazón está lleno de agradecimiento al recordar que pudo haber sido una historia totalmente diferente. Fue un momento de total rendición y mi corazón se sumergió en adoración.

Durante estos meses me he hecho muchas preguntas y he buscado significado. ¿Porqué? ¿Para qué? y en mas ocasiones de las que puedo recordar, le he pedido a Dios que me hable. Entonces algo llamó mi atención como nunca antes. Mientras leía el Salmo 29  el verso 7 cobró vida: “La voz del Señor resuena con relámpagos.” ¿Será posible? ¿Será verdad? ¿Que Él me haya hablado y no me diera cuenta? Sé que mi experiencia con el rayo es una en un millón, pero mis preguntas persistían. Fue cuando recordé a Elías en la cueva y ocurrió un terremoto, un fuego y un viento fuerte. Con frecuencia relacionamos a Dios con lo espectacular, y queremos que lo extraordinario se manifieste en nuestras vidas, lo impactante es lo que nos conmueve y nos inspira. Pero cuando Elías escuchó un susurro, era allí donde Dios estaba, en lo ordinario. Él susurró porque estaba cerca.

Me conmueve el saber que el Creador del universo escogió hablarme de la manera que en que lo hizo. Tengo que admitir que puede que nunca lo comprenda del todo, pero una cosa tengo bien clara y es que Él habla de muchas mas formas de las que le damos crédito. ¿Puede ser que tu y yo estamos tan distraídos que el Señor de Señores ha estado tratando de hacernos ver la vida que refleja su mirada y no nos hemos dado cuenta? ¿Será que Él ha estado susurrándonos y nosotros estamos esperando rayos, terremotos, fuego, o vientos grandes y fuertes? ¿Has hecho señor de tu vida el agite de este mundo?

Él está susurrándote. ¿Lo estás escuchando?

Aquí está el video de René González

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright Danny Maldonado, 2018

Las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia: la Biblia de las Américas: con referencias y notas (electronic ed., 1 Ki 19:11–12). La Habra, CA: Editorial Fundación, Casa Editorial para La Fundación Bíblica Lockman (1998). Todos los derechos reservados. 

Nueva Traducción Viviente. (2009). (Ps 29:7). Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, Inc.

Para seguir adelante, tienes que hacer un PARE


La vida esta formulada por los sueños y tu sueño es grande. Cada vez que lo piensas en el se te eriza la piel. Tienes todos esos planes en tu corazón y una sonrisa aflora en tu rostro cuando piensas en las posibilidades. Personalmente considero que es algo bueno.

Y entonces las cosas no salen según planeado. Interrupciones, bloqueos y decepciones suceden, que parecen sacar la vida de adentro de ti. Es frustrante, especialmente cuando eres un gran soñador. ¿Alguna vez te preguntaste cómo pasar de ese punto en la vida en la que piensas que llegaste al máximo de tu capacidad? Es como si algo o alguien te ha puesto un límite o una tapa en la vida. Ya sabes, ¿ese momento en que te sientes estancado profesional y personalmente? Algunos en sus 40 y 50 se refieren a ello como la crisis de mediana edad, pero los de los 20 y 30 dirían que es sólo depresión, mala racha o simplemente mala suerte. Bueno, no importa cómo podrías llamarlo, nos sucede a todos. Anhelamos sentido, logros y progreso y todo lo que hacemos parece decirnos: “Eso es todo, ya llegaste a tu nivel de capacidad”. La vida parece detenerse, pausar y una sensación de vacío empieza a abrumarnos. Este es el momento en que te podrías decir a ti mismo, “lo que tienes que hacer es esforzarte más”, o por el contrario, “admítelo, no vale la pena”. Lo sé, són conversaciones confusas e incluso contradictorias que solo buscan una razón del por qué las cosas no funcionaron. Estas son las conversaciones que tienes contigo mismo en el auto, la ducha, la playa o el patio. Es donde le hablas a Dios, (¡bueno a veces sólo te quejas con Dios!) y haces la pregunta. ¿Porqué?

He aprendido por mis propias experiencias que muchos de estos sentimientos vienen de un cuerpo, mente y espíritu exhausto, y nada más. Sientes que no puedes seguir, y al mismo tiempo, que no te puedes detenerte. El agotamiento se apodera, el agotamiento es tu dueño.

Así que, te sugiero hacer una cosa: Haz un PARE.

  • Para de hacer lo que estás haciendo y toma tiempo para comer bien, hacer ejercicio y descansar.
    • Gran parte de nuestro agotamiento emocional y físico proviene de una mala nutrición, poco ejercicio y pobre o ningún descanso. Tendemos a tratar un problema físico como uno espiritual, cuando en realidad estamos tan involucrados en el “proyecto” o “el sueño” que descuidamos el ingrediente más importante del mismo, nuestro cuerpo. Cuida de ti mismo, te lo vas a agradecer más tarde.
  • Aparta tiempo sin interrupciones para pensar dónde estás y dónde quieres estar.
    • Nuestras actividades diarias nos pueden abrumar y, a veces nos olvidamos por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo en primer lugar. Un repaso siempre es saludable para el alma y la mente. Tiene la capacidad de crear nueva energía y unidad. Tiempo en silencio para reflexionar dónde nos encontramos, los pasos que funcionaron y los que no, es importante para reagruparse y volver a enfocar. Tiempo para escribir sin interrupciones es un buen ejercicio que dará energía a tu alma y tu mente. Aparta tiempo con frecuencia.
  • Resquicia o abre tu corazón y oídos a nuevas ideas y aprende de ellas.
    • A veces nuestro corazón está en el lugar correcto, pero nuestra estrategia no. Necesitamos nuevos ojos y la perspectiva de los que nos rodean para aprender de ellos y, probablemente, para modificar en algo nuestro enfoque. Alguien que aporte nuevas ideas a la mesa siempre debe ser bienvenido. Tal vez una palabra o un concepto puede cambiarlo todo. Abre tu corazón siempre.
  • Enciérrate en oración y prepárate.
    • La oración es crucial. Después de considerar todas las cosas, ora y prepárate. No hay nada más importante que pedir la dirección y visión cuando se tiene un gran sueño. Después de todo, va a consumir la mayor parte de tu tiempo y recursos y que afectará a todo el que te rodea. Estar seguro de que estás llevando a cabo el sueño de Dios es lo más importante para tu vida. No quieres encontrarte a ti mismo al final de la vida reconociendo que perseguiste el camino equivocado. Busca nuevos recursos. Ora y prepárate de forma consistente.

Toma tiempo para considerar esto. Es posible que sólo estás agotado. Para seguir adelante, tienes que hacer un PARE.“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright Danny Maldonado, 2012

Las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, derechos de autor © 1996, 2004, 2007 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos reservados.