Dos Mil Quinientos Trece Días


El 16 de julio de 2016 me alcanzó un rayo. Unos días después escribí un post titulado “Todavía estoy de pie.” Sin embargo, este suceso ha sido un misterio para mí durante mucho tiempo. El mero hecho de ser alcanzado por un rayo y sobrevivir, es milagroso. Como recordatorio personal, tengo un contador en el que apunto a diario cuántos días me han sido regalados desde que viví aquella experiencia.

Todavía necesitaba encontrarle el sentido. ¿Por qué yo? ¿Y por qué razón?

Lo que no incluí en la publicación “Todavía estoy de pie” fueron todas las preguntas que me había estado haciendo en los días previos, incluyendo ese día de julio. Muchas preguntas, lo admito, continuaban casi a diario, hasta hace poco. Durante años, mi familia y yo habíamos estado experimentando muchas circunstancias desconcertantes y complicadas que mis preguntas persistían a medida que estos eventos se desarrollaban a diario.

Silenciosamente lloré mucho. Durante años.

Silenciosamente mi espíritu se destrozaba. Durante años.

Recuerdo haber leído en Job 36:32-33a: “Él llena sus manos de rayos y lanza cada uno a su objetivo. El trueno declara su presencia;” Me invadió la alegría de tener algún sentido, convencido de que cuando cayó el rayo, era Dios declarando su presencia. En aquel momento, acepté el significado de esto, pero no lo relacioné de inmediato con mis preguntas. Era algo borroso para mí.

Recientemente, un sábado por la mañana, me senté a escribir en mi diario como hago todos los días. Me acordé del nuevo álbum de mi amigo René González y empecé a escucharlo. Esto me llevó a buscar un post que había escrito hace algún tiempo, el cual titulé “Un susurro.” Incluía una de sus canciones en forma de vídeo musical titulado “Mi vida.” Después de verlo, volví a leer el post, y entonces sucedió: Mi gran irrumpimiento estaba justo ahí.

“La voz del Señor resuena con relámpagos.” Salmos‬ ‭29‬:‭7‬

Tardé mucho tiempo en comprenderlo. Dos mil quinientos trece días, para ser exactos. Casi siete años.

¿Cómo no lo vi antes? ¿Por qué tardé tanto en entender? Esa mañana escribí en mi diario:

“Sin palabras, no tengo palabras. Tener el conocimiento de que tú hablas y de que me hablaste directamente va más allá de mi comprensión. ¡Agradecido, sin duda! Tal vez después de todos estos años, todo lo que significaba para mí era tener una señal, un evento que resolvería las preguntas: ¿Me escuchas? ¿Dónde estás? ¿Me hablarás?

Aquel día Él me respondió de una manera inconfundible que yo no había experimentado antes. El Salmo 29:7 y Job 36:32-33a cobraron vida para mí. El gritó atronadoramente:

“YO estoy aquí. YO te estoy escuchando. YO te estoy hablando.”

Lloré. Durante horas.

Es sobrecogedor para mí saber que, durante todo este tiempo, Él estaba cerca, siempre escuchando y que me habló directamente. Pasé casi siete años sin comprender. A veces creía la mentira de que Él estaba lejos, sordo y mudo. En ocasiones, cuestionaba incluso mi fe cuando, en realidad, Él me había respondido amorosa, misericordiosa y apresuradamente.

¿Obtuve la respuesta a las preguntas que acumulé por siete años? Sí, porque estoy libre de las mentiras que me paralizaban. Los lugares a los que me retiré ahora están llenos de luz, y como escribió David en el Salmo 119:105, “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino,” creo que esa es la verdad que todos necesitamos.

Dos mil quinientos trece días, casi siete años, es mucho tiempo. No necesitas esperar tanto. No es necesario que te caiga un rayo. Todo lo que necesitas es la seguridad de que al igual que conmigo, Él te está diciendo en alta voz, YO estoy aquí. YO te estoy escuchando. YO te estoy hablando.

Se libre.

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© Copyright Danny Maldonado, 2023

Nueva Traducción Viviente. (2009). (Job 36:32-33a, Ps 29:7). Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, Inc.

1 thought on “Dos Mil Quinientos Trece Días

  1. Mi querido hermano y amigo Daniel, me encantó tu escrito, me viví tus palabras y tus concluciones. En mi sendero, el me deja señsles cuando más me han hecho falta, la vida tiene sentido y me llena el corazón saberlo. Te felicito, vienen más días para celebrar y ya tienes más equipos en la mochila 🎒para compartir, gracias por eso.

    Miil bendiciones.

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