Todavía estoy de pie


Este es un tipo de mensaje diferente, es más como una nota en un diario. Como sucede con todos nosotros, enmarcamos nuestra vida y nuestros puntos de vista por las experiencias que tenemos. El pasado sábado, 16 de de julio de 2016, fue uno de esos para mí. Aquí está mi breve descripción de lo que pasó; un evento que todavía estoy procesando.

Llevé a mi hijo temprano a trabajar y después de dejarlo, conduje al sur durante más de una hora. Estoy trabajando con un vehículo en casa y estaba buscando algunas piezas de otro para terminar el mío (no soy mecánico, sino asesor financiero, pero me gusta arreglar cosas). Llegué cerca de las 8:00 am a mi destino y empecé a trabajar en el vehículo. Me tomó 4 horas para terminar. Mientras estaba recogiendo mis herramientas y colocándolas en el baúl de mi vehículo, la lluvia comenzó a caer. Me apresuré a recoger las piezas y empecé a escuchar los truenos, por lo que me metí en el vehículo a esperar. Cuando escampó, salí de nuevo, paraguas en mano, para terminar  de recoger todo. Y entonces sucedió: Fui alcanzado por un rayo. Permita que eso haga su efecto…

No hay nada que pueda preparar a uno para algo como esto. No hay manera de hacerle justicia o describir por completo la instantánea ocurrencia de ser alzando por un rayo, pero lo voy a intentar.

Lo primero que ocurrió fue una explosión, y luego el mundo a mi alrededor se distorsionó por completo. Veía neblina por todos lados que ahora sé era humo blanco. No había control ni hay lógica en lo que me estaba pasando. En un instante supe que había sido golpeado por una fuerza inimaginable que ejecutó sumisión total de mí. Fue un evento como en cámara lenta, pero en realidad fue instantáneo. Recuerdo que estaba en el suelo de gravilla y caí sobre mi lado izquierdo. Vi mi cuerpo, pero no me podía mover. Vi el cielo y no podía determinar si estaba vivo o muerto. Surrealista. Luego, cuando el mundo a mi alrededor dejó de moverse, y, o bien por la fuerza de la caída o por un movimiento inconsciente, me encontré de espalda, pero no podía sentir mi cuerpo. Entonces pude levantar la cabeza y traté de mover mis extremidades. Mi brazo derecho y pierna izquierda comenzaron a moverse, pero mi brazo izquierdo y la pierna derecha estaban totalmente inmóviles; ningún movimiento en absoluto. Al tratar de incorporarme, todo lo que recuerdo que salió de mi boca fue: “¡Gracias Dios, Gracias Señor!” al darme cuenta de que estaba vivo, que había sobrevivido.

Mi reacción inmediata fue llamar al dueño de casa, Martin. Yo estaba gritando a viva voz, “¡Martin, Martin, Martin!” y nadie salía de la casa. Entonces se abrió la puerta, y Martin salió y grité: “¡Ayúdame, ayúdame, me acaba de dar un rayo.” Martin corrió hacia mí y me ayudó a levantar. El literalmente me puso sobre sus hombros, y me llevó adentro. Mi brazo izquierdo y la pierna derecha, no respondían. No podía sentir nada. Luego que llamaron al 911, le pedí que llamara a Sandy, que quería hablar con ella. Cuando hablé con mi esposa le dije, “Estoy bien, Dios es bueno Sandy, Dios es bueno, Te amo.”

Mientras la ambulancia me transportaba al hospital, los paramédicos hicieron todo tipo de preguntas, verificaban mi corazón, el pulso, insertaron un IV. Al entrar al centro de trauma, el personal médico allí esperando, preguntaban si yo era el hombre que había sido alcanzado por un rayo; sus palabras, “¿Y sobrevivió?”

Adelantemos ocho horas mas tarde, con el estómago vacío, sin agua, el cuerpo magullado, dos CT-Scans, radiografías, análisis de sangre, y un sinfín de preguntas. El resultado final: no hay daños a mis órganos o extremidades. La única evidencia visible eran las marcas en el brazo y la pierna donde la electricidad viajó, my frente en la que me dí con quien sabe que, y un zapato quemado y roto.

La imagen de arriba es el árbol que estaba a unos 20 pies de mí que muestra el daño del azote, y el daño en el zapato por donde salió la descarga, y todavía estoy de pie. Mientras escribo estas palabras, mis ojos se llenan de lágrimas, porque sólo por la gracia de Dios, su amor inagotable y su misericordia infinita todavía estoy de pie.

“Pero tú, Señor, eres escudo alrededor de mí, mi gloria, y el que levanta mi cabeza.” Salmo 3:3

Esa la única razón por la que todavía estoy de pie.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

¿Quieres esta inspiración de café por correo electrónico todas las mañanas? Ingresa tu dirección de correo electrónico para suscribirte en la parte superior derecha de esta página, debajo de la casilla de “Subscribe” ¿Te gusta este escrito y deseas compartirlo? Simplemente añade tu comentario abajo en “Leave a Reply” o compártelo en Facebook, Twitter, o por correo electrónico usando cualesquiera de los botones al lado de “Share this:”

© Copyright Danny Maldonado, 2016

COMMENT ON THIS POST