Para seguir adelante, tienes que hacer un PARE


La vida esta formulada por los sueños y tu sueño es grande. Cada vez que lo piensas en el se te eriza la piel. Tienes todos esos planes en tu corazón y una sonrisa aflora en tu rostro cuando piensas en las posibilidades. Personalmente considero que es algo bueno.

Y entonces las cosas no salen según planeado. Interrupciones, bloqueos y decepciones suceden, que parecen sacar la vida de adentro de ti. Es frustrante, especialmente cuando eres un gran soñador. ¿Alguna vez te preguntaste cómo pasar de ese punto en la vida en la que piensas que llegaste al máximo de tu capacidad? Es como si algo o alguien te ha puesto un límite o una tapa en la vida. Ya sabes, ¿ese momento en que te sientes estancado profesional y personalmente? Algunos en sus 40 y 50 se refieren a ello como la crisis de mediana edad, pero los de los 20 y 30 dirían que es sólo depresión, mala racha o simplemente mala suerte. Bueno, no importa cómo podrías llamarlo, nos sucede a todos. Anhelamos sentido, logros y progreso y todo lo que hacemos parece decirnos: “Eso es todo, ya llegaste a tu nivel de capacidad”. La vida parece detenerse, pausar y una sensación de vacío empieza a abrumarnos. Este es el momento en que te podrías decir a ti mismo, “lo que tienes que hacer es esforzarte más”, o por el contrario, “admítelo, no vale la pena”. Lo sé, són conversaciones confusas e incluso contradictorias que solo buscan una razón del por qué las cosas no funcionaron. Estas son las conversaciones que tienes contigo mismo en el auto, la ducha, la playa o el patio. Es donde le hablas a Dios, (¡bueno a veces sólo te quejas con Dios!) y haces la pregunta. ¿Porqué?

He aprendido por mis propias experiencias que muchos de estos sentimientos vienen de un cuerpo, mente y espíritu exhausto, y nada más. Sientes que no puedes seguir, y al mismo tiempo, que no te puedes detenerte. El agotamiento se apodera, el agotamiento es tu dueño.

Así que, te sugiero hacer una cosa: Haz un PARE.

  • Para de hacer lo que estás haciendo y toma tiempo para comer bien, hacer ejercicio y descansar.
    • Gran parte de nuestro agotamiento emocional y físico proviene de una mala nutrición, poco ejercicio y pobre o ningún descanso. Tendemos a tratar un problema físico como uno espiritual, cuando en realidad estamos tan involucrados en el “proyecto” o “el sueño” que descuidamos el ingrediente más importante del mismo, nuestro cuerpo. Cuida de ti mismo, te lo vas a agradecer más tarde.
  • Aparta tiempo sin interrupciones para pensar dónde estás y dónde quieres estar.
    • Nuestras actividades diarias nos pueden abrumar y, a veces nos olvidamos por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo en primer lugar. Un repaso siempre es saludable para el alma y la mente. Tiene la capacidad de crear nueva energía y unidad. Tiempo en silencio para reflexionar dónde nos encontramos, los pasos que funcionaron y los que no, es importante para reagruparse y volver a enfocar. Tiempo para escribir sin interrupciones es un buen ejercicio que dará energía a tu alma y tu mente. Aparta tiempo con frecuencia.
  • Resquicia o abre tu corazón y oídos a nuevas ideas y aprende de ellas.
    • A veces nuestro corazón está en el lugar correcto, pero nuestra estrategia no. Necesitamos nuevos ojos y la perspectiva de los que nos rodean para aprender de ellos y, probablemente, para modificar en algo nuestro enfoque. Alguien que aporte nuevas ideas a la mesa siempre debe ser bienvenido. Tal vez una palabra o un concepto puede cambiarlo todo. Abre tu corazón siempre.
  • Enciérrate en oración y prepárate.
    • La oración es crucial. Después de considerar todas las cosas, ora y prepárate. No hay nada más importante que pedir la dirección y visión cuando se tiene un gran sueño. Después de todo, va a consumir la mayor parte de tu tiempo y recursos y que afectará a todo el que te rodea. Estar seguro de que estás llevando a cabo el sueño de Dios es lo más importante para tu vida. No quieres encontrarte a ti mismo al final de la vida reconociendo que perseguiste el camino equivocado. Busca nuevos recursos. Ora y prepárate de forma consistente.

Toma tiempo para considerar esto. Es posible que sólo estás agotado. Para seguir adelante, tienes que hacer un PARE.“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright Danny Maldonado, 2012

Las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, derechos de autor © 1996, 2004, 2007 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos reservados.

Es tiempo de moverse


por DP

Si la nube permanecía sobre el tabernáculo por dos días, un mes o un año, el pueblo de Israel acampaba y no se ponía en marcha; pero en cuanto se elevaba, ellos levantaban el campamento y se ponían en marcha. – Números 9:22

Esta es una descripción de lo que la vida de la gente de Israel fue mientras estaban en el desierto; cuarenta años en el desierto. Ellos tenían que estar en constante disponibilidad, ya que no sabían cuándo vendría el tiempo de moverse. ¿Puede usted imaginarse el establecer el campamento en la mañana o incluso por la noche y luego en doce horas más tarde tener que empacar todo de nuevo y seguir, sin mencionar que eran alrededor de tres millones de personas en movimiento. Es abrumador solo el pensarlo.

En nuestros sentidos se podría pensar, ¿Por qué Dios hizo eso? ¿Por qué les hizo acampar para solo moverlos a la mañana siguiente? Las historia nos revela que el pueblo de Israel era propenso a claudicar y a dudar, y aún así Dios los dirigía de lugar en lugar. La historia nos dice que acamparon en más de cuarenta lugares durante los años que estuvieron el en desierto. Y es precisamente aquí donde en ocasiones nos confundimos mas y a veces no estamos seguros de qué hacer en nuestras propias vidas.

Pero algo siempre está claro. Las temporadas en nuestras vidas han de cambiar constantemente y a consecuencia de ello cambiarán muchas áreas en nuestras vidas. Puede ser tu lugar de trabajo, el lugar donde vives, las personas con quienes te relacionas, el país donde resides o incluso las iniciativas en donde sirves. Pero una cosa nunca debe cambiar; nuestra dependencia de la dirección clara e inequívoca de Dios.

Como el pueblo de Israel, se movía cuando la nube se movía, debe esto ser una enseñanza y una práctica para nosotros. No debemos huir al menor problema, no debemos cambiar cuando sea conveniente para nosotros. Debemos tener tesón, firmeza y responsabilidad. Pero debemos tener también sensibilidad a las temporadas en nuestras vidas y el corazón atento a la dirección de Dios.

Porque al igual que el pueblo de Israel experimentó muchas veces, es posible que en este tiempo, es tiempo de moverse.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright DP, 2011

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Una batalla más


por DP

“Así que dame la zona montañosa que el Señor me prometió. Tú recordarás que, mientras explorábamos, encontramos allí a los descendientes de Anac, que vivían en grandes ciudades amuralladas. Pero si el Señor está conmigo, yo los expulsaré de la tierra, tal como el Señor dijo” Entonces Josué bendijo a Caleb, hijo de Jefone, y le dio Hebrón como su asignación de tierra. Josué 14:12-13

Tomó 45 años para que recibiera su tierra prometida, y Dios cumplió su promesa. Es muy impresionante ver que un hombre en sus ochenta y cinco años, cuando el tiempo parece ser un tiempo de descanso y un tiempo de desaceleración, eligió el combatir una última batalla, optó por conquistar y sacar a los descendientes de Anac fuera de su propia tierra. Y éstas no eran personas habituales.

¿Puede usted imaginarse, este hombre en sus ochenta y cinco años de edad, entrar en la tierra y ordenarles a salir? ¿Qué habrá pasado por sus mentes? Podrían haber dicho: “¿Quién es ese viejito? ¿Quién cree es? Vamos a aplastarlo y mostrarle quienes somos.”La característica peculiar de estos pobladores de Hebrón, era su fuerza y su grandeza; eran gigantes. Pero esto no era nuevo para Caleb, porque cuarenta y cinco años antes el informe que le dió a Moisés y al pueblo de Israel fue, “ellos son pan para nosotros, no tengan miedo.” Ese espíritu todavía estaba en Caleb, el espíritu de un conquistador, un soñador y un vencedor de gigantes. Ese día él había visto lo que quería.

Puede tomar años de trabajo y preparación, pero la promesa que Dios te ha hecho, se cumplirá. Es probable que hayas pensado en un término de tiempo distinto, pero vendrá en el momento preciso y necesario. Caleb, esperó durante muchos años y con el fin de vivir su sueño, luchó otra batalla. La historia dice que la tierra descansó de la guerra, porque lo que Dios da, trae paz. Así que el tiempo pasó y la temporada de la recompensa estaba cerca. Él caminó en tierra de gigantes, y cuando caminas entre gigantes, tu vida nunca será la misma.

Levántate, otra batalla aún podría estar delante. Pero ten buen ánimo, porque si Dios lo prometió ha de suceder, y no habrá fuerza, altura, muro o amenaza que se interponga a tu promesa. Así que, cuando la lucha haya terminado y el polvo se asiente, se conocerá tu nombre por haber vivido en la tierra de los gigantes. Y sólo tomará, una batalla más.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright DP, 2011

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Una tarea pequeña pero una gran historia


por DP

“Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?” Juan 6:9

¿Qué estas llamado a hacer? ¿Tiene que ser algo grande? A veces ignoramos que nuestro llamado es hacer cosas pequeñas. Al igual que el niño que fue llamado a llevar cinco panes de cebada y dos peces pequeños a una multitud de 5,000. ¿Cómo comenzó su día? ¿Qué lo impulsó a llevar los panes y los peces? ¿Era éste el resultado de un día normal de pesca? ¿o cambió ese día un par de peces para tener un poco de pan? No sabemos, todo lo que podemos hacer es especular. Pero ese día, de forma inequívoca empezó como un día normal, y con seguridad muchos vieron este niño durante el día, y en ese tiempo, las mujeres y los niños no se consideraban como iguales a los hombres. Durante el día pudo haber pasado que le gritaran e incluso empujaran. Quién sabe, probablemente comenzó el día con muchos más peces y panes y lo pudieron haber privado de algunos. ¿O pudo haberse incluso enfadado porque tenía que hacer esta tarea en vez de jugar con sus amigos? El hecho es que él estaba a cargo de esta tarea.

Y a su corta edad, llevaría a cabo el propósito al que fue llamado a hacer en este mundo. Su acto de llevar los peces y los panes, no sólo alimentó una multitud de 5,000 hombres, que de hecho, era más grande si contamos a los niños y a las mujeres. Pero fue el catalizador de las buenas noticias de que este hombre llamado Jesús, cambiaría la historia de la humanidad que se propagaría a las ciudades vecinas. Su carga se había multiplicado y alimentó a una multitud que nunca pensó posible. Su vida nunca sería la misma.

Historias como la de Ester, una huérfana que se convirtió en una reina. O Saúl, que fue a buscar burros y regresó como un rey. David fue a alimentar a sus hermanos y mató a un gigante. Rahab, una ramera, salvó a dos espías y se convirtió en parte de la genealogía de Jesús. La muchacha que dijo a Naamán que buscara al profeta que podría curar su lepra, o el capitán del establo que se encargó de que nadie montara el pollino y no sabía porqué. El mismo pollino que Jesús usaría para hacer su entrada triunfal a Jerusalén. O los cuatro hombres que llevaron a un amigo a través del techo para que pudiera ser sanado. Al igual que cuatro hombres que transformaron basura en pulseras que traerán esperanza y crearán empleos en Haití. Estas representan pequeñas tareas pero son parte de una gran historia.

Al igual que ellos es nuestra vida. Deseamos hacer lo que consideramos son las tareas grandes. Queremos liderar, enseñar, predicar, adiestrar, conquistar y vencer. No nos gusta limpiar, llevar, consolar, pintar o incluso escuchar. Creemos que estas no son tareas que han de cumplir nuestro propósito. Y tal vez no lo harán. Pero ¿y si esa tarea pequeña es precisamente la que Dios usará para transformar, no sólo tu vida, sino la de millones? ¿Y si hacer reír a alguien con tu comedia se sanan sus heridas y cambia su destino? ¿O si el ayudar a alguien a retirarse con dignidad tendrá un impacto mayor de lo que piensa? ¿Qué tal si la creación de espacios confortables que llamas casa, será el entorno que va a ser necesario para sanar familias y reparar ciudades? ¿Qué tal si mediante la enseñanza de los más desfavorecidos, estás cambiando una nación, siendo mentor del próximos Martin Luther King, Billy Graham o la Madre Teresa?

La lista podría seguir y seguir. Pero el punto es que, no importa si lo que llevas son sólo dos pequeños peces y cinco panes de cebada; nunco desprecies los pequeños comienzos, lo que podría parecer una tarea pequeña, será parte de una gran historia.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

¡Crecimiento!


por DP

Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente. Lucas 2:52

Jesús había provocado una búsqueda por él después de que José y María lo había dejado en Jerusalén. Tenía sólo 12 años. Pasaron tres días, hasta que finalmente lo encontraron en el templo, donde dijo esas famosas palabras: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?” Lucas 2:49. Después de esto nada más se sabe acerca de Jesús hasta que es de 30 años de edad. Dieciocho años de silencio, o donde?

Un amigo muy exitoso y talentoso, que por cierto ha impactado a miles de personas este año, me dijo que estaba en una reunión donde vio a algunos conocidos. Cuando lo saludaron le preguntaron: “¿Qué has estado haciendo? Parece que no hemos oído ni visto nada de ti últimamente. Has estado en silencio”. Mi amigo, muy amablemente respondió: “He estado haciendo un par cosas “, y cambió de tema sabiendo en el fondo que ha estado cumpliendo su propósito y su misión.

Cuando hablamos del asunto, le recordé de los “aparentes” tiempos de silencio en nuestras vidas, y cómo la percepción de quienes nos rodean tratan de desviar y desalentar nuestra visión y nuestra misión. Le pregunté, ¿Sabes lo que sucedió entre los años 2 al 12 y de 12 al 30 de la vida de Jesús? Estos fueron años de silencio. Años en los que sabemos poco o nada acerca de él. En esos años de silencio, Jesús creció.

Podrías estar pasando por momentos difíciles e inexplicables. Puedes estar preguntándote si el problema eres tu. Podría ser, pero también podría ser que durante estos días en silencio o calma, meses e incluso años, Dios te esté ayudando a hacer una cosa; crecer. Cada proceso, cada cambio tiene el potencial de hacernos crecer y dejar que Dios haga cosas grandes y maravillosas en nosotros. Puede que no este claro hoy, pero lo verás en su momento: Estás en crecimiento.

Tal vez podamos ver estos momentos como perdidos, porque no hay exposición o movimiento. Pero si apreciamos estos años y esperamos con atención, vamos a crecer a nuestro mayor potencial y vamos a descubrir la obra de Dios en nosotros. Estaremos preparados para nuestra tarea. Porque el trabajo de Dios es hecho a mano, nunca en producción en masa.

Así que recuerda, cuando se presente el desaliento o la duda, susúrrate a ti mismo, “no es estancamiento es crecimiento!”.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”