Fue un sentimiento totalmente diferente. Yo había caminado todo el día antes, en busca de la ropa que él se pondría. Conseguimos la corbata, la camisa, los pantalones, los zapatos, (En realidad, ¡él quería usar tenis!) y el habitual corte de pelo. Un día de compras, un gran día de salir con mi hijo. (¡Ah, y menos dinero en el bolsillo!)
El día llegó y nos dirigimos hacia a la ceremonia de graduación. Fue un gran momento, y también un momento de profundas reflexiones y emociones. Las emociones llegaron a un alto nivel cuando se hizo una presentación con las fotos de los estudiantes. Mi hijo había seleccionado una foto que aparece en sus primeros días escolares y luego mostraron una foto actual. No puedo poner en palabras lo que sentí en ese momento. Alegría, esperanza, un sinnúmero de sentimientos ese día (y una ocasional lágrima molestando mis ojos). Una cosa era cierta, yo esperaba grandes cosas para mi hijo y me sentía muy orgulloso de él.
Este día fue la culminación y el comienzo de dos temporadas. La culminación de años de estudio y aprendizaje y el comienzo de una nueva temporada de nuevas experiencias, retos y victorias, y sí, más estudio y aprendizaje. La graduación fue el reconocimiento del trabajo que se hizo años antes. Mientras estaba sentado allí, también me hizo reflexionar sobre la vida, acerca de mi esposa, de mi hijo, mi hija y de mí mismo. Y me di cuenta de que todos compareceremos ante nuestro Dios un día, seremos llamados por nuestro nombre y recibiremos la recompensa de lo que hemos hecho en esta vida. Ese día no es el día para prepararse. En ese día no hay nada que se pueda hacer para obtener una medalla o reconocimiento. Ese día es la graduación, el día de la recompensa.
Como me sentí ese día, estaba y estoy orgulloso de mi hijo. ¿Sentirá Dios lo mismo acerca de ti ese día? Si no estás seguro, no es demasiado tarde para que tornes tu corazón a Él y enmiendes tus caminos. Él ha prometido te que escuchará y te recibirá. Él ha hecho todo lo que hay que hacer para que tú y yo seamos reconciliados con Él. Todos hemos pecado y todos tenemos un pasado, y todos tenemos un futuro, si queremos. – “Todo santo tiene un pasado y todo pecador tiene un futuro” Craig Groeschel
Tú y yo recibiremos la recompensa de acuerdo a nuestra obra, por aquello que hicimos con nuestra vida. Hazla una gratificante. El día llegará y será, el día de graduación
“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”
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