Conquistemos haciendo el bien


Vivimos en una sociedad transformada. Lo que antes se consideraba como el estándar, hoy se cuestiona en cada esquina. Los tratos se sellaban con un estrechar de manos, hoy se necesita un contrato. Una promesa se consideraba como el más alto compromiso; hoy se exige prueba para cualquier acuerdo. Gradualmente hemos ido cambiando de la buena vida a la norma de “vigila tus espaldas en cada esquina.” Desconfiamos de todos y de todo, desde el gobierno, las instituciones financieras, las organizaciones religiosas, incluso de nuestra propia familia. Es por eso que creamos contratos. Sin embargo, esperamos que todo el mundo confíe en nosotros.

Las promesas rotas han hecho que nuestros corazones se endurezcan. Constantemente nos estamos escudando del dolor, de personas que nos ven como una mera transacción. Hombres y mujeres que aman las cosas y utilizan a la gente, cuando lo opuesto es lo que debería ser. Es difícil. Sé, por experiencia, lo que se siente cuando alguien se acerca bajo el disfraz de la amistad sólo para obtener lo más que pueda. Y eso duele. Una sensación de ira interior va apoderándose de ti, que si no estás alerta, podría atrapar y envenenar todo tu ser. Y podrías ver cada nueva interacción como sospechosa y con desconfianza.

Es liberador recordar lo que Pablo escribió en el libro a los Romanos, “No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien.” Nos dice que no hagamos las cosas por como nos “sentimos,” sino que las hagamos. Es como nos convertimos en conquistadores. Una vez escuché una ilustración que personalmente la intenté. Si tienes un vaso de agua sucia y llena de contaminantes y lo colocas bajo el grifo que fluye agua limpia, notarás cómo el agua limpia que se vierte en el vaso eventualmente limpiará el agua sucia y hará su contenido limpio. Se asemeja a nuestras vidas. Cuando hacemos bien, aun cuando no se reconozca o no sea correspondido, nuestro vaso, nuestra vida será limpia y fructífera. Siempre debemos buscar los “grifos” que viertan “agua limpia” en nuestros corazones.

Ser un(a) conquistador(a) empieza por conquistarte a ti mismo(a). Si no te manejas a ti primero, tus negocios siempre carecerán de algo. Manejarse a sí mismo crea carácter y construye credibilidad. La credibilidad es la máxima moneda, cuando con solo tu presencia, hace que todo este bien. Tu credibilidad sólo puede construirse con el pasar del tiempo, y se va edificando con la historia de tus palabras y tus acciones. Cambiar el rumbo de la marea o la norma no es fácil, pero vale la pena el esfuerzo. Mejoraremos una vez nos comprometemos a hacer el bien.

Cuando el mal levanta su voz a nuestro alrededor con una actitud jactanciosa, el hacer el bien representa la manera más eficaz para silenciar su ruido. Tú puedes lograrlo, yo puedo lograrlo. Cambiemos la esfera de influencia que se nos ha dado, y conquistemos haciendo el bien.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright Danny Maldonado, 2013
Las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, derechos de autor © 1996, 2004, 2007 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos reservados.

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