No tengas temor


“Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.” – Juan 16:33

Era una mañana normal para mí, o eso creía yo. Estaba deseoso por reunirme con mi cliente y mostrar cómo el nuevo plan trabajaría. Estaba cansado, había manejado durante casi una hora. Luego, cuando me recibieron y me dirigieron a la oficina de mi cliente, se supo la noticia a través de la televisión. Algo terrible había sucedido. Inmediatamente vi las imágenes, vi el caos, vi algo que nunca pensé que vería. Yo había estado allí un par de meses antes, con mi esposa y mis dos niños de 2 y 3 años.

Me quedé perplejo. Estaba paralizado y conmovido. La reunión fue suspendida. Luego me fui a mi automóvil y llamé a mi esposa. Yo lloraba. Mis palabras a ella fueron, “¿viste eso?, se cayó”. Ella estaba llorando al otro lado del teléfono y me dijo, “se cayó la otra también”. El miedo, la inseguridad y la duda sobrecogieron todo mi ser. Mi primera expresión fue: “No puedo traer más hijos a este mundo. Este mundo está muy enfermo, es cruel y peligroso”. Yo estaba a 1,601 millas de donde sucedió, pero el efecto del momento se sintió muy cerca. Ese día yo tenía que hablar con mis clientes, ya que se verían directamente afectados por esto. En la oficina, todos estaban sorprendidos y buscando cualquier tipo de dirección.

Más tarde en la mañana me fui a casa y abracé a mi esposa, mi hijo y mi hija. Entonces me di cuenta que tan anonadado como estaba yo, habían otros que estaban inconsolables y perdidos en desesperación total. Muchas historias horribles fueron surgiendo hora tras hora. Así que, conforme pasó el tiempo y continué digiriendo lo que había pasado, una pequeña voz resonó en mi alma. Decía: “No tengas miedo”. Entonces recordé las palabras de Jesús cuando dijo: … pero anímense, porque yo he vencido al mundo.” Él nos había anunciado que por esta, y cualquier otra prueba, y la tristeza a la que nos enfrentaríamos, él la había vencido ya. A través de él, seríamos fuertes y nosotros encontraríamos la paz.

Tal vez eres como yo, y nunca serás capaz de comprender completamente por qué estos eventos ocurrieron, ni la profundidad que ha tocado y tocará a muchas generaciones venideras. O por el contrario, has sido directamente afectado por los acontecimientos de  el 11 de septiembre de 2001 y sabes el impacto que ha tenido en tu vida y de quienes te rodean. En todo caso, una cosa es cierta, nunca nos olvidaremos de los acontecimientos de ese día y de aquellos que perdieron la vida. Pero ese día, muchas vidas también fueron traídas a la vida, recuerdo lo que alguien dijo una vez: “los niños son la manera como Dios dice que este mundo debe continuar, hay esperanza en el futuro”.

La historia tiene una gran variedad de ángulos, perspectivas, opiniones y emociones. Así que hoy, al rendir homenaje a aquellos que perdieron sus vidas, y reflexiones sobre estos eventos, diferentes cosas vendrán al corazón otra vez. Sin embargo, siente consuelo al saber que no deberías tener temor del futuro ni por aquellos que amas, porque Él venció este mundo, para que tú yo tuviéramos paz.

Ten ánimo, no tengas temor.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright Danny Maldonado, 2011

Las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, derechos de autor © 1996, 2004, 2007 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos reservados.

El terminar bien


¿Qué dirá tu historia al final? ¿Es tu historia digna de contar? Me hago estas preguntas con frecuencia. ¿Será por cómo me veo a mí mismo en la historia? ¿Tendré una vida “ordinaria”, y al leer sobre las demás extraordinarias, crea una angustia en mi pecho de no estar “ahí” o tener “eso” (sea lo que sea que eso signifique). Pienso mucho acerca del final. Pienso en cómo mis acciones hoy tendrán un impacto duradero, el recuerdo en las mentes y en los corazones de aquellos a quienes amo. ¿Mi vida refleja grandeza? Mis acciones, ¿exudan mis más altos y más nobles pensamientos? Espero que sí. De hecho, así oro. ¿Qué va a decir mi historia a los que se quedan? ¿Qué está diciendo mi historia ahora? Esto realmente me llega.

Recientemente asistí a un grupo para hombres llamado Siete, que se reunió durante siete semanas, a las siete de la mañana, los viernes. Exploramos las siete preguntas que resuenan en las mentes de la mayoría de los hombres. Excelentes conversaciones y aún mejor comunidad. El tema que realmente me llegó fue el de dejar un legado; el terminar bien. ¿Cómo voy a ser recordado? ¿Cómo serán impactados mi esposa, mi hijo y mi hija en los días, los meses y los años venideros? ¿Qué dirán mis nietos de mí? Más importante aún, ¿qué dice Dios acerca de mí?

Soy un fanático de las películas que se basan en historias reales. Me siento atraído por ellas cuando me identifico con aquellos a quienes le sucedió. Pero si eres como yo, lo que realmente mueve mi corazón son los finales. El más débil terminando en la cima, o el abatido cambiando su manera de vivir, o las historias de cómo la capacidad humana de recuperación, vence las situaciones más difíciles, los finales épicos. Tal vez me siento atraído por ellas, porque me pregunto si mi historia será recordada como lo ha sido para aquellos en la película, no por la fama o la fortuna, sino por la inspiración que puede aportar a las generaciones venideras. ¿Será mi historia la que inspire a alguien más para lograr lo imposible? Mi vida, ?cambiará el curso de la historia de alguien? ¿Podré hacer una diferencia para que el mundo la vea? Mi historia, ¿es épica? ¿Te has hecho estas preguntas, o soy sólo yo? Para algunos de nosotros, cuando nos fijamos en nuestra vida presente, reconocemos que según nuestros estándares, no estamos viviendo una historia épica. Y cuestionamos nuestra existencia, una y otra vez. Yo no sé las respuestas a muchas de las preguntas que me he hecho y sigo haciéndome, pero sé que serán contestadas a su debido tiempo.

Así que, hasta que esas respuestas lleguen he resuelto que cuando me enfrente a lo imposible, voy a seguir creyendo que todas las cosas son posibles. Cuando me sienta desanimado, voy a continuar inspirando y ser inspirado. Cuando me hablen con desprecio y me quieran denigrar, voy a seguir actuando y remontándome como águila aún cuando todos a mi alrededor no lo hagan. Cuando pase lo peor, voy a seguir esperando lo mejor. Cuando todo parezca estar perdido y como en un callejón sin salida, voy a seguir confiando en que Dios tiene un plan para mi vida y para aquellos que me ha confiado. Un plan mayor, grande, brillante, fuerte y más maravilloso de lo que pueda imaginar. Cuando me enfrente a personas de mente pequeña que quieran diluir mi existencia, voy a continuar soñando en grande porque servimos a un Dios inmensurable. Cuando me ofenda aquel que considero un amigo, voy a seguir creyendo en la amistad, porque es ella el rostro de la bondad en el mundo. Cuando no haya un camino claro, voy a seguir viviendo mi vida basado en las posibilidades, porque el vivir sólo de hechos hace caso omiso de la fe y la grandeza. Si los tiempos son escasos, voy a seguir dando, aún cuando todo sea quitado de mí. Si soy rechazado por el mundo, voy a seguir amando. Si me caigo, me sacudiré el polvo, limpiaré mis heridas y me levantaré cada vez. Cuando me enfrente a la injusticia, voy a seguir luchando por aquellos que no pueden luchar por sí mismos. Si me dejan en el olvido, voy a seguir recordando a aquellos en necesidad, aun cuando nadie me reconozca. Y al hacer todo esto, confío, espero y oro que pueda responder a muchas de mis preguntas y dilemas. Tal vez tú, deberías hacer lo mismo.

Anhelo el día en que me incline ante el Todopoderoso y deposite mi corona a sus pies y diga: “Señor, lo logré. Hubo momentos en que pensé que no lo lograría, pero lo hice”_ Y será ese día, ese glorioso día, que sabré que terminé bien.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright Danny Maldonado, 2012

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