Era una mañana normal para mí, o eso creía yo. Estaba deseoso por reunirme con mi cliente y mostrar cómo el nuevo plan trabajaría. Estaba cansado, había manejado durante casi una hora. Luego, cuando me recibieron y me dirigieron a la oficina de mi cliente, se supo la noticia a través de la televisión. Algo terrible había sucedido. Inmediatamente vi las imágenes, vi el caos, vi algo que nunca pensé que vería. Yo había estado allí un par de meses antes, con mi esposa y mis dos niños de 2 y 3 años.
Me quedé perplejo. Estaba paralizado y conmovido. La reunión fue suspendida. Luego me fui a mi automóvil y llamé a mi esposa. Yo lloraba. Mis palabras a ella fueron, “¿viste eso?, se cayó”. Ella estaba llorando al otro lado del teléfono y me dijo, “se cayó la otra también”. El miedo, la inseguridad y la duda sobrecogieron todo mi ser. Mi primera expresión fue: “No puedo traer más hijos a este mundo. Este mundo está muy enfermo, es cruel y peligroso”. Yo estaba a 1,601 millas de donde sucedió, pero el efecto del momento se sintió muy cerca. Ese día yo tenía que hablar con mis clientes, ya que se verían directamente afectados por esto. En la oficina, todos estaban sorprendidos y buscando cualquier tipo de dirección.
Más tarde en la mañana me fui a casa y abracé a mi esposa, mi hijo y mi hija. Entonces me di cuenta que tan anonadado como estaba yo, habían otros que estaban inconsolables y perdidos en desesperación total. Muchas historias horribles fueron surgiendo hora tras hora. Así que, conforme pasó el tiempo y continué digiriendo lo que había pasado, una pequeña voz resonó en mi alma. Decía: “No tengas miedo”. Entonces recordé las palabras de Jesús cuando dijo: … pero anímense, porque yo he vencido al mundo.” Él nos había anunciado que por esta, y cualquier otra prueba, y la tristeza a la que nos enfrentaríamos, él la había vencido ya. A través de él, seríamos fuertes y nosotros encontraríamos la paz.
Tal vez eres como yo, y nunca serás capaz de comprender completamente por qué estos eventos ocurrieron, ni la profundidad que ha tocado y tocará a muchas generaciones venideras. O por el contrario, has sido directamente afectado por los acontecimientos de el 11 de septiembre de 2001 y sabes el impacto que ha tenido en tu vida y de quienes te rodean. En todo caso, una cosa es cierta, nunca nos olvidaremos de los acontecimientos de ese día y de aquellos que perdieron la vida. Pero ese día, muchas vidas también fueron traídas a la vida, recuerdo lo que alguien dijo una vez: “los niños son la manera como Dios dice que este mundo debe continuar, hay esperanza en el futuro”.
La historia tiene una gran variedad de ángulos, perspectivas, opiniones y emociones. Así que hoy, al rendir homenaje a aquellos que perdieron sus vidas, y reflexiones sobre estos eventos, diferentes cosas vendrán al corazón otra vez. Sin embargo, siente consuelo al saber que no deberías tener temor del futuro ni por aquellos que amas, porque Él venció este mundo, para que tú yo tuviéramos paz.
Ten ánimo, no tengas temor.
“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”
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© Copyright Danny Maldonado, 2011
Las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, derechos de autor © 1996, 2004, 2007 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos reservados.