¿Quién eres?


—¿Quién eres? —preguntó. —Soy Rut, su sierva —contestó ella—. Extienda sobre mí el borde de su manto ya que usted es el redentor de mi familia.

Ruth y Noemí, ambas viudas, solas, sin estabilidad, seguridad o sentido de dirección, fueron a Judá en busca de pan. Noemí estaba tan deprimida que hasta se hizo llamar Mara, que significa amargura. Ruth quién la acompañaba, estaba también atribulada por todas las situaciones por las que ella también había atravesado. Sí, humanamente tenían razones para sentirse amargadas, desalentadas, solas, insatisfechas, vacías e indignas. Entonces vino Booz. Como revela esta historia, Booz les proveyó y restauró totalmente. Él hizo a Ruth, antes una extranjera, su esposa.

¿Quién eres?, preguntó él. Ella no dijo, soy una viuda; soy una mendigo comiendo lo que sobra de tus campos. Ella no le permitió que las circunstancias le dieran identidad. Ella no permitió que la situación tomara control de sus pensamientos ni echara raíces en su corazón. Ella no permitió que las influencias exteriores determinaran quién era ella, llanamente contestó, “Soy Rut, su sierva”.

Necesitas saber quién eres. Tus circunstancias no dictan tu identidad. Tu estado de ánimo, tus emociones, tus finanzas, no determinan quién eres. Tal como Noemí, puedes estar atravesando por tiempos extremadamente difíciles, que hasta pueden incluso cambiar la manera en que te visualizas. Los pesares y el desaliento pueden alcanzarte, pero cuando te das cuenta que eres siervo del más Dios Altísimo y no un extranjero, te restaurará, te bendecirá, te guardará y te traerá debajo de su capa. Él pondrá en alto y resplandecerá sobre tu rostro, y te dará favor y gracia y fortaleza.

El darnos cuenta de que tú y yo le pertenecemos, es lo que determina nuestra identidad, y no importa lo que suceda alrededor nuestro, Él será nuestro El Shaddai, el Dios que es más que suficiente. Cuando le busquemos, cuando le adoremos en medio de nuestras pruebas, Él nos levantará, nos dirigirá y nos bendecirá hasta que sobreabunde. Las circunstancias afirman que somos Suyos. ¿Quién eres? Jesús contestó esa pregunta cuando se dio por nuestros pecados y restauró todas las cosas.

Entonces sigue la pregunta, ¿Quién eres? Jesús ya contestó eso, eres Suyo(a). Así es que, levántate y recibe lo que te pertenece!

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright Danny Maldonado, 2006
Las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, derechos de autor © 1996, 2004, 2007 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos reservados.

Zona de peligro


por DP

Sin embargo, los hiciste un poco menor que Dios y lo coronaste de gloria y honor. Salmo 8:5 NTV

¿Alguna vez has caminado en un lugar donde te sientes inseguro, amenazado y tal vez un poco asustado? Hay situaciones, lugares y personas, que incluso nos han hecho sentir así. Situaciones que no podemos controlar, lugares que no conocemos y personas que están en contra nuestra. Nuestros sentidos sólo traducen todo eso en un lugar, una persona o una situación que podría hacernos daño. Y sí, hay muchos de ellos que son una amenaza real para nuestro bienestar, y si no se controlan pueden crear estragos.

Ahora, podemos sentarnos y ponderar sobre estos asuntos y deprimirnos o simplemente sentarnos y dejar nuestra lucha por los sueños en nuestros corazones. “No más”, podrías decir, “es muy peligroso continuar”, y tal vez tienes razón, es una tarea peligrosa. Pero, ¿qué harías? ¿Detenerte y dejar que el ardiente deseo en tu corazón muera? ¿O discutir tu manera de salir y racionalizar tu decisión de ser derrotado por un fantasma? Hablar es barato cuando es necesario actuar.

Muchas veces dejamos que nuestras circunstancias definan quiénes somos. Nos fijamos en lo que nuestros recursos dicen que podemos o no podemos alcanzar. Nuestro espejo es oscuro y opaco y no refleja la manera en que Dios te ve.

Permíteme decirte quién eres. La Biblia dice que Dios nos ha creado un poco menor que Él mismo, y nos ha coronado de gloria y honor. Podrías decir, ¿debería significar esto algo mí? Así es. En el original, el término para Dios en este versículo era Elohim que significa el poder incalculable de Dios. Así que fuiste creado para grandeza, fuiste creado para reinar. En todo lugar y en toda situación y delante de cada persona que se atraviesa en tu camino, el asunto no es lo peligroso que puedas ser para ti, sino lo peligroso que es para ellos, porque han entrado en la presencia de un hijo y una hija de Dios. Están en la presencia de realeza lo cual significa que están en la zona de peligro de Dios y su vida nunca será la misma.

Caminarás con un paso de confianza. No entrarás a la escena solo, sino empoderado. Cambiarás todo a tu paso para la gloria de Aquel que te creó y te coronó con honor y gloria. No dejes que nada te diga lo contrario y prepárate para cosas aún mayores. Mírate como Él te ve. Te has convertido en la zona de peligro de Dios.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright DP, 2011

¿Quién eres?


por DP

Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva por cuanto eres pariente cercano. Rut 3:9

Ruth y Noemí, ambas viudas, solas, sin estabilidad, seguridad o sentido de dirección, fueron a Judá en busca de pan. Noemí estaba tan deprimida que hasta se hizo llamar Mara, que significa amargura. Ruth quién la acompañaba, estaba también atribulada por todas las situaciones por las que ella también había atravesado. Sí, humanamente tenían razones para sentirse amargadas, desalentadas, solas, insatisfechas, vacías e indignas. Entonces vino Booz. Como revela esta historia, Booz les proveyó y restauró totalmente. Él hizo a Ruth, antes una extranjera, su esposa.

¿Quién eres?, preguntó él. Ella no dijo, soy una viuda; soy una mendigo comiendo lo que sobra de tus campos. Ella no le permitió que las circunstancias le dieran identidad. Ella no permitió que la situación tomara control de sus pensamientos ni echara raíces en su corazón. Ella no permitió que las influencias exteriores determinaran quién era ella, llanamente contestó, “yo soy tu sierva”.

Necesitas saber quién eres. Tus circunstancias no dictan tu identidad. Tu estado de ánimo, tus emociones, tus finanzas, no determinan quién eres. Tal como Noemí, puedes estar atravesando por tiempos extremadamente difíciles, que hasta pueden incluso cambiar la manera en que te visualizas. Los pesares y el desaliento pueden alcanzarte, pero cuando te das cuenta que eres siervo del más Dios Altísimo y no un extranjero, te restaurará, te bendecirá, te guardará y te traerá debajo de su capa. Él pondrá en alto y resplandecerá sobre tu rostro, y te dará favor y gracia y fortaleza.

El darnos cuenta de que tú y yo le pertenecemos, es lo que determina nuestra identidad, y no importa lo que suceda alrededor nuestro, Él será nuestro El Shaddai, el Dios que es más que suficiente. Cuando le busquemos, cuando le adoremos en medio de nuestras pruebas, Él nos levantará, nos dirigirá y nos bendecirá hasta que sobreabunde. Las circunstancias afirman que somos Suyos. ¿Quién eres? Jesús contestó esa pregunta cuando se dio por nuestros pecados y restauró todas las cosas.

Entonces sigue la pregunta, ¿Quién eres? Jesús ya contestó, eres Suyo(a). Así es que, levántate y recibe lo que te pertenece!

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright DP, 2006

Darle color al mundo


por DP

Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Mateo 5:14, NVI

La maestra de escuela bíblica le preguntó a mi hija, “¿Cuál crees es el propósito por el cual Dios te puso aquí en la tierra?” Ella respondió, “Creo que estoy aquí para darle color al mundo. Veo al mundo como negro y opaco y estoy aquí para darle color.” Ella se refería a su pasión por la pintura. Un regalo dado por Dios que la hace crear de la nada escenas y dibujos y muchos otros temas que pone en papel y les da color. Algunas veces nos deja notas tales como, “Te amo,” “no te rindas.” Tiene un espíritu alentador y un corazón lleno de color.

Jesús dijo lo mismo. Este mundo está lleno de su arte. Fue creado por el Dios que todo lo llena de color, para darle color a nuestras vidas.

¿Alguna vez te has preguntado por qué estás aquí? Esta pregunta sencilla en los ojos de una niña tiene una simple pero profunda respuesta. Todos tenemos un lienzo para darle color. Nuestro lienzo podría ser nuestro empleo, nuestros hijos, nuestra comunidad, nuestra propia vida. Dios te ha dado tu vida para un propósito.

Permanece la pregunta, ¿cómo le vas a dar color? Tal vez en este momento no te sientes capaz o aun digno/a de hacerlo, pero sí puedes. No por tus propios esfuerzos, sino por lo que Jesús mismo hizo ya. Cuando entendemos el mensaje de la cruz, abrimos nuestras vidas a Él. Él limpia y crea un nuevo lienzo donde Él pueda comenzar a pintar y darle color a un nuevo escenario. Cuando Él dijo en la cruz, “consumado es,” se refería a que te ha hecho nuevo/a, te he otorgado perdón, vida, propósito y color. Y no importa dónde hayas estado o qué hayas hecho, ni siquiera tus circunstancias, cuando rindes tu vida a Él, Él le dará color a tu mundo, y el panorama será hermoso.

Cuando rendimos nuestra vida sin color a Él, nos convertimos en luz, y la luz expone todo. Expondrá el maravilloso colorido que Dios te ha dado, lo que previamente estaba oculto por el pecado, y más importante aún, te dará propósito. Tal como expresó mi hija, tú y yo estamos en este mundo para darle color, el color de Dios. Te conviertes en una persona con una misión: mostrarle a otros los colores de Dios en sus vidas.

Muchos piensan que sus vidas son oscuras y opacas, y piensan que no hay color o arte de Dios en sus vidas. Así es que, ve, toma tus pinceles, agarra tu lienzo y dale color al mundo.

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© Copyright DP, 2010

De un error a un milagro


por DP

Y el Señor le dijo a Josué: ‘No tiembles ante ellos, pues yo te los entrego; ninguno de ellos podrá resistirte.” Josué 10:8

Josué había recibido instrucciones de eliminar a todos los enemigos de Israel. Lo había hecho en Jericó, y en la ciudad de Hai. Pero hizo una promesa de perdonar la vida de los Gabaonitas. Muy probablemente ellos serían los siguientes en la línea de derrota, al igual que las otras ciudades. Es por eso que cuando en el pueblo de Gabaón se enteraron de esto, recurrieron a una artimaña. Ellos se disfrazaron como habitantes de una ciudad lejana, con ropa desgastada y con panes enmohecidos. Por lo que Josué hizo un tratado de paz con ellos que les permitiría vivir, y los líderes de la asamblea lo ratificaron bajo juramento. Josué no procuró buscar la voluntad de Dios sobre este asunto y se comprometió a sí mismo y a la nación. Cuando las ciudades vecinas oyeron de esta alianza, un ejército se reunió para atacar a Gabaón. Pero a causa del juramento, ahora Israel tenía que protegerlos.

Incluso cuando Josué no consultó a Dios acerca de esta decisión, que claramente tenía un efecto obligatorio, Dios hizo un milagro aquel día; el sol se detuvo por un día entero. Josué estaba en esta situación debido a una mala decisión que había tomado, un error. Sin embargo, Dios actuó en su favor y escuchó su oración.

Puede que te cuestiones cada decisión que has tomado y cada acción realizada en el pasado que causó el que estés en la situación en que te encuentras hoy. Podrías sentirte que no hay uso en pedirle a Dios por dirección, ya que fuiste tú quien que lo echó a perder todo, y arremetes y te acusas ti mismo. Puedes incluso estar teniendo estas conversaciones a solas en tu vehículo, preguntándote ¿por qué fui tan ingenuo? ¿por qué no pude ver esto? ¿por qué me confié? Pregunta tras pregunta que sólo están haciendo que una mala situación te haga sentir peor, y al mismo tiempo, traduces este fracaso y lo haces tu identidad. El fracaso no te define. El fracaso es un evento, nunca una persona.

Deja de degradarte. Deja de cuestionar por qué hiciste o dejaste de hacer o decir algo. Sacude de tu vida esas voces que te acusan y sigue adelante. El pasado no puede ser cambiado, pero el futuro está esperando a ser transformado por ti. Puedes darle vueltas y vueltas al mismo asunto por el resto de tu vida o hacer algo al respecto. Puedes seguir quejándote o decidir levantarte y cambiar tu vida. Eso fue lo que hizo Josué. Marchó todo el camino hacia la batalla. Estaba en ella debido a un error que había cometido, pero aún así marchó para ganar la batalla y al hacerlo, un gran milagro se desplegó. El sol se detuvo.

Así podría ser contigo. Si te levantas y marchas, Dios puede cambiar las cosas en tu vida, aun si tú mismo has provocado la situación. Si crees, Dios puede cambiar todo a tu alrededor. Él puede hacer que el sol se detenga, por ti. Verás tu vida desarrollarse de un error a un milagro.

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© Copyright DP, 2011

Una tarea pequeña pero una gran historia


por DP

“Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?” Juan 6:9

¿Qué estas llamado a hacer? ¿Tiene que ser algo grande? A veces ignoramos que nuestro llamado es hacer cosas pequeñas. Al igual que el niño que fue llamado a llevar cinco panes de cebada y dos peces pequeños a una multitud de 5,000. ¿Cómo comenzó su día? ¿Qué lo impulsó a llevar los panes y los peces? ¿Era éste el resultado de un día normal de pesca? ¿o cambió ese día un par de peces para tener un poco de pan? No sabemos, todo lo que podemos hacer es especular. Pero ese día, de forma inequívoca empezó como un día normal, y con seguridad muchos vieron este niño durante el día, y en ese tiempo, las mujeres y los niños no se consideraban como iguales a los hombres. Durante el día pudo haber pasado que le gritaran e incluso empujaran. Quién sabe, probablemente comenzó el día con muchos más peces y panes y lo pudieron haber privado de algunos. ¿O pudo haberse incluso enfadado porque tenía que hacer esta tarea en vez de jugar con sus amigos? El hecho es que él estaba a cargo de esta tarea.

Y a su corta edad, llevaría a cabo el propósito al que fue llamado a hacer en este mundo. Su acto de llevar los peces y los panes, no sólo alimentó una multitud de 5,000 hombres, que de hecho, era más grande si contamos a los niños y a las mujeres. Pero fue el catalizador de las buenas noticias de que este hombre llamado Jesús, cambiaría la historia de la humanidad que se propagaría a las ciudades vecinas. Su carga se había multiplicado y alimentó a una multitud que nunca pensó posible. Su vida nunca sería la misma.

Historias como la de Ester, una huérfana que se convirtió en una reina. O Saúl, que fue a buscar burros y regresó como un rey. David fue a alimentar a sus hermanos y mató a un gigante. Rahab, una ramera, salvó a dos espías y se convirtió en parte de la genealogía de Jesús. La muchacha que dijo a Naamán que buscara al profeta que podría curar su lepra, o el capitán del establo que se encargó de que nadie montara el pollino y no sabía porqué. El mismo pollino que Jesús usaría para hacer su entrada triunfal a Jerusalén. O los cuatro hombres que llevaron a un amigo a través del techo para que pudiera ser sanado. Al igual que cuatro hombres que transformaron basura en pulseras que traerán esperanza y crearán empleos en Haití. Estas representan pequeñas tareas pero son parte de una gran historia.

Al igual que ellos es nuestra vida. Deseamos hacer lo que consideramos son las tareas grandes. Queremos liderar, enseñar, predicar, adiestrar, conquistar y vencer. No nos gusta limpiar, llevar, consolar, pintar o incluso escuchar. Creemos que estas no son tareas que han de cumplir nuestro propósito. Y tal vez no lo harán. Pero ¿y si esa tarea pequeña es precisamente la que Dios usará para transformar, no sólo tu vida, sino la de millones? ¿Y si hacer reír a alguien con tu comedia se sanan sus heridas y cambia su destino? ¿O si el ayudar a alguien a retirarse con dignidad tendrá un impacto mayor de lo que piensa? ¿Qué tal si la creación de espacios confortables que llamas casa, será el entorno que va a ser necesario para sanar familias y reparar ciudades? ¿Qué tal si mediante la enseñanza de los más desfavorecidos, estás cambiando una nación, siendo mentor del próximos Martin Luther King, Billy Graham o la Madre Teresa?

La lista podría seguir y seguir. Pero el punto es que, no importa si lo que llevas son sólo dos pequeños peces y cinco panes de cebada; nunco desprecies los pequeños comienzos, lo que podría parecer una tarea pequeña, será parte de una gran historia.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

Del desierto a la cima


por DP

…y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados. 1 Reyes 19:4

El profeta Elías acababa de presenciar uno de los milagros y de las victorias más reconocidas en la historia bíblica. Demostró ante todo el pueblo de Israel que Baal era un dios falso y por mandato del Señor había derrotado a 450 falsos profetas a filo de espada. Acab, rey de Israel, tenía un esposa llamada Jezabel, a la que le contó de este suceso. Jezabel enfurecida envió un mensajero a Elías para decirle que al día siguiente lo mataría como había hecho él a los profetas, y si no lo hacía, que sus dioses la castigaran sin piedad. Elías al escuchar esto, tuvo temor y huyó. Dice la historia que se sentó bajo un arbusto y protestó.

Es muy interesante que luego de una victoria tan grande, este profeta que acababa de demostrar que el único y verdadero Dios era el Dios de Israel y que incluso había derrotado a 450 hombres, huyera por un simple mensaje. No estoy minimizando la gravedad del mensaje, sino el contexto mismo del mensaje y de la reacción de Elías al mismo. Elías salía de una victoria sin precedentes y de demostrar que los dioses a los cuales Jezabel se refería no tenían poder ni existían. De hecho, la acción misma de Jezabel demostraba que le temía al profeta, porque no envió soldados, sino simplemente un mensajero para llevar un mensaje vacío y sin sustancia. No empece a esta realidad, Elías tuvo temor y huyó rumbo al desierto quejándose y deseando morirse.

Cuantas veces nos sucede esto a nosotros. Acabando de tener una gran victoria, nos amedrentamos por simples palabras que no tienen fundamento. Comenzamos a huir hacia lugares desérticos, sin rumbo, deseando que nuestra vida sea otra, deseando en ocasiones morir porque no podemos comprender por qué estamos en el lugar o la situación en la que nos encontramos. Parece no tener explicación. En vez de celebrar, nos deprimimos. Y todo por una palabra sin fundamento.

Mi intención no es el simplificar la condición de depresión y mucho menos ignorar que existen profesionales que te pueden ayudar, sino el hacerte entender que Dios está atento a tu vida y que desea restaurarte. No escuches voces vacías, no te muevas por temor, son palabras que no tienen fundamento. Confía, el Dios Todopoderoso está presto a socorrerte. Dios nunca respondió a las aseveraciones negativas de Elías, nunca respondió a aquellas palabras que Elías usaba para degradarse, para hacerse menos de lo que era. Dios no valida nuestras palabras de derrota, pero sí nos entiende y nos ama. Elías recibió sustento a través de un ángel que le servía en el momento difícil, y la instrucción de Dios para él fue, “levántate y come, que largo camino te resta.” Se sustentó con la provisión que Él mismo le había enviado, y esto le dio fuerzas para caminar 40 días hasta llegar a la cima del monte.

Cierra tus oídos a palabras de derrota, huecas y vacías. Largo camino te resta por andar, este no es el final y mucho menos tu destino. Tus circunstancias no te definen. Lo que otros dicen de ti, no te dan identidad. Las palabras de temor no te dirigen. Hay ángeles que te sirven en medio de tu circunstancia. Fuiste creado para grandeza, para las alturas y con un propósito maravilloso. Así es que, susténtate con su Palabra, camina y vence.

Tu vida dará un nuevo giro y verás que irás del desierto a la cima. ¡Nos vemos en la cima!

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”