El hijo del juez


por DP

Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo. Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no sólo los nuestros sino también los de todo el mundo. 1 Juan 2:1-2

Qué desconcertante es que se te acuse de algo, especialmente si eres culpable de lo que se te imputa. Se siente como si estuvieras a merced de los que te rodean. Todo lo que has hecho está al descubierto y necesitas defender tu causa. Es imperativo que expliques lo que ocurrió porque habrá consecuencias si se encuentra que eres culpable, y sabrás que lo mereces.

Lo mismo es cierto para nosotros. El mundo nos ha acusado, y tus propios pecados te tienen atrapado. Lo que hiciste parecía bueno a la hora de hacerlo, se sentía bien pero el resultado pagó mal y ahora estás enfrentando el juicio. Jesús está a nuestro lado, nuestro hermano, quien también es nuestro abogado. Un abogado que defiende nuestro caso ante el Juez.

Así que, Él se para ante el Juez y lo primero que hace, sin decir una palabra, es mostrar sus manos traspasadas; se levanta su ropa y muestra su lado herido, y luego se inclina para quitarse las sandalias y mostrar sus pies torturados. Y entonces, ocurre algo interesante, Jesús por primera vez abre su boca y dice: “Padre”. ¡Espera un minuto, esto significa que Jesús es el hijo del Juez! Nuestro hermano está a nuestro lado defendiendo nuestro caso, y el mal que hemos hecho ha sido enmendado. La fianza fue puesta en la cruz por nosotros la cual es suficiente para cualquier delito y culpa que hayamos hecho.

Y entonces el juez en una decisión sin precedentes, sin siquiera escuchar los argumentos del acusador, se levanta y dice: “Tus pecados te son perdonados”, y entonces se escucha el resonar de su mallete.

Es refrescante saber que se ganará la batalla o la circunstancia porque Él, Jesús, ya pagó el rescate. Él ya pagó la fianza necesaria para hacerte libre. Nuestro abogado no tuvo que decir ni una palabra, la evidencia es abrumadora, y como Pedro dijo: No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia porque sabía que el juez, su Padre, tu Padre, es un juez justo y confirmaría que la deuda había sido cubierta.

Y caminarás en frente de tu acusador con un corazón redimido, confiado, agradecido y aliviado, sabiendo que ninguna culpa se ha encontrado en ti. Y con la mano sobre tu hombro a tu lado está, el Hijo del Juez.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright DP, 2011

Las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, derechos de autor © 1996, 2004, 2007 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos reservados.

La historia antigua es la única historia


por DP

A todos nos gusta y deseamos lo nuevo y mejorado, en todo. La frescura de algo diferente siempre nos llama la atención, pero quisiera presentarte este pensamiento: La historia antigua es la única historia. Salomón lo dijo en el libro de Eclesiastés, “Lo que ya ha acontecido volverá a acontecer; lo que ya se ha hecho se volverá a hacer ¡y no hay nada nuevo bajo el sol!”. Pero a medida que seguimos buscando la mejor alternativa, o nos mantenemos al día con la última tendencia, nos encontramos en una carrera vacía que no termina.

Creemos que si podemos crear una tendencia, un movimiento o una marca estamos redefiniendo cómo se hacen las cosas. Y tengo que reconocer que hoy se realizan de manera diferente muchas de las cosas y que hemos sido capaces de crear numerosas mejoras. La manera del enfoque empresarial, la forma en que criamos a nuestra familia, nuestra manera de hacer iglesia incluso ha cambiado en muchos aspectos y al hacerlo, hemos descubierto nuevas formas de realizar prácticamente todo. Sin embargo, cuando profundizamos, no hay nada realmente nuevo.

Esto me lleva al tema central de esta conversación: La historia antigua sigue siendo la única historia. La historia del perdón, del sacrificio y del empoderamiento que se realizó en el Calvario es la única historia. Hoy en día vivimos en una generación muy visual, en todo lo que se habla, expresa y comparte. Hay tantas opciones que pueden ser literalmente abrumadoras. Y ¿qué pasa con nuestras decisiones de iglesias?, nos podemos sentar todos los días y dependiendo incluso de nuestro estado de ánimo, podemos elegir qué iglesia ver a través de Internet, o incluso ir. Pero la historia sigue siendo la misma, Él nos amó de tal manera, que dio a su único hijo por nuestros pecados, no importa cuáles hayan sido. Y el aceptar este sacrificio y entregar nuestras vidas a Él, es el punto de la historia.

Verás , realmente no importa la forma, el estilo, el estado de ánimo o el lugar, el sacrificio de Jesús puede limpiar tus pecados hoy, si te entregas. Serás hecho nuevo. Él es capaz, El está esperando y Él ha hecho todo lo necesario para que puedas tener vida, y vida en abundancia. La forma en que estés escuchando la historia hoy podría ser diferente, pero la esencia de la historia es la misma. Podrás dar vueltas y vueltas tratando muchas otras “historias” y aún seguir sintiéndote vacío y perdido. Esta es la historia: El te amó tanto que lo dio todo, por eso es que la historia antigua sigue siendo la única historia.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”

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© Copyright DP, 2011

¿Conoces a tu Padre?


por DP

“Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Lucas 15:31-32

Recientemente, algunos amigos y yo tomamos un tiempo para almorzar juntos. Nos reunimos para hablar de la vida y acerca de cuán grandes cosas el Señor ha hecho en nuestras vidas. Fue un tiempo refrescante.

Cuando estábamos a punto de salir, este pasaje de la Escritura se salió a relucir. Nuestro amigo nos dijo: “Si lees con cuidado, puedes entender que el Padre había perdido dos hijos, ninguno de ellos sabía que conocía a su Padre”. Yo nunca había oído esta porción de la escritura explicada de esa manera. Uno de los hijos claramente había pecado y perdido todo lo que le correspondía, esto era conocido por mí. Pero el otro que estaba en casa nunca disfrutó de las bendiciones de su padre. El sencillamente no conocía a su Padre. Estaba en la casa físicamente, pero ¿dónde estaba su corazón?

Esto me hizo pensar profundamente. ¿Realmente te conozco Señor? ¿He pasado tiempo suficiente para buscarte, para conocerte y refrescar mi alma con tu presencia? ¿Qué debo hacer para disfrutar de tus bendiciones y cumplir todo mi potencial en tus manos? ¿Te busco para para que hagas grandes cosas en mí? Estamos tan envueltos en lo cotidiano, y es fácil entretenernos el ajetreo de la vida, el trabajo e incluso en la iglesia.

Toma el tiempo para buscarlo por la mañana, a conocerlo a través de Su palabra, y para darte un festín en su presencia. ¿Estás seguro que conoces a tu padre?

¡RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía!

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El caer de las piedras


por DP

Entonces él se incorporó y le preguntó: “Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena?”, “Nadie, Señor.”, “Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.” Juan 8:10-11 NVI

Ella se levantó ese día a pecar y a hacer que alguien cayera. Pero fue sorprendida en el acto y e iba a morir por ello. Su día no iba bien. Sus acusadores se burlaron de ella y la llevaron frente a una multitud que estaba reunida para escuchar a Jesús. Sus acusadores eran líderes religiosos con amplios conocimientos. Hombres que podían jactarse de lo que sabían, pero no de lo que vivían. Vinieron con la acusada, con el veredicto y las piedras. Sin embargo, en el momento preciso en que todo acabaría para ella, Jesús hizo una simple declaración: “—Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.” Al examinar sus propias vidas, uno por uno abandonó el lugar dejando caer sus piedras.

¡Que maravilloso es conocer que así como Jesús perdonó a la mujer de sus acusadores, todavía hace lo mismo para nosotros día tras día! Siempre debemos recordar que fuimos perdonados por su sacrificio en la cruz y aceptar en nuestros corazones ese sacrificio hecho por el Hijo. Estamos llamados a aceptar el perdón de nuestros pecados, independientemente de lo que hayan sido. Tu perdón, mi perdón, fue comprado en la cruz por el mismo Jesús.

Vivimos en un mundo caído, lleno de pecado que nos acecha en cada momento. Somos propensos a fracasar, a caer y a pecar. Pero la gracia de Dios se desborda y nos restaura, una y otra vez. No es que vayamos a tener una vida libre de consecuencias y una licencia para pecar. Tendremos consecuencias, y nos dice que no pequemos más si queremos tener una vida con significado. Una vida restaurada. Así que incluso cuando los hombres no olviden nuestros pecados porque son muchos, Él ha dejado claro que no te condena. Él siempre está buscando la manera de atraerte hacia Él, porque te ama. Te ama tanto, que dio su vida por tus pecados en la cruz para que nadie pudiera arrojar las piedras contra ti, no importa cuales hayan sido.

Hoy, podrías estar en una situación difícil. Es posible que hayas pecado, que hayas sido expuesto, acusado, declarado culpable y las personas se están alineando con piedras en las manos para tirarlas contra ti. Pero no tengas miedo, Jesús estás a tu lado, y le hace frente a tus acusadores. Escucharás el sonido del caer de las piedras y al levantar tus ojos verás sus espaldas desaparecer en el sol.

“RESPIRA con expectación, VIVE con confianza y MUÉVETE con valentía”